ESPAÑOL
En un inicio podemos haber encontrado hermosa la propuesta de pasar más tiempo
con nuestros hijos, pero quién no se está cuestionando esta sensación ahora después
de 70 días de cuarentena?
Mi hijo de 5 años entra por décima vez en el escritorio del padre queriendo conversar,
el papá con poca paciencia le dice que tiene que comprender que él necesita trabajar,
a lo cuál le responde “papá yo solo soy un niño no tengo por qué entender todo”.
Ahora después de un mes, su reacción es con un portazo no entiende por qué no deja
de trabajar y no pasa más tiempo con él.
Le pregunta a quien recoge la basura orgánica de casa por qué no usa barbijo …
cuestiona, observa y escucha todo. La última que me dijo “mi casa mis reglas” !!!!
Difícil tarea nos toca a todos: hijo y padres. Los niños dejan de ver a sus amigos tan
importante, sin poder salir a jugar afuera, adaptándose a los tiempos de los padres o
cuando ellos deciden hacer las cosas. Puede que observes que tus hijos están más
irritables, inquietos, o se enferman, o lloran con mayor facilidad, o demandan todo el
tiempo tu atención, o por el contrario se aíslan completamente en una Tablet, un
televisor, un celular, esa esa la forma que tienen de expresarse o tramitar lo que les
sucede. Ellos están inmersos en el campo energético de la familia absorbiendo todo lo
que ahí adentro sucede, no podemos ignorar eso.
Un día construimos un muñeco con material descartable grande y me dijo “por fin un
amigo de verdad”!, ni hablar si su cumpleaños también coincide con este período. No
hay adulto que pueda suplir o llenar el vacío de amigos.
Los adultos al mismo tiempo intentamos digerir la realidad externa, el covid, el
aislamiento, las preocupaciones, miedos, angustias, alegrías, incertidumbres, vacío…
tenemos que ser multifunción, tenemos que desempeñar varias tareas: trabajar,
limpiar, cocinar, maestro de escuela, bañarlos, jugar, entre otras cosas. Y en varios
momentos te preguntas: donde quedó mi espacio personal? Cuándo podré estar sola?
Cómo podré con todo?
Bienvenido/a a nuestra Humanidad, no podremos todo el tiempo con todo y es bueno
comenzar a aceptarlo. Si te resistes, solo te traerá sufrimiento. Nadie puede dar lo que
no tiene. Comienza por preguntarte qué es lo que necesitas ahora? Y de que manera
es posible atender tu pedido. Mirate con benevolencia, con Amor, estamos juntos en
este mar de incertidumbres.
Si no empiezas a atenderte, mucho menos tendrás disponibilidad para atender las
necesidades de tus hijos. Si no reconoces las propias tampoco podrás ver qué es lo que
necesitan ellos. Observa que necesitas: Calma? Proyectos? Relajarte? Dormir? Pintar?
Y piensa cómo lograrías eso que precisas, cuál será el camino para conquistarlo?. Pide
ayuda. Comienza hoy con lo que te sea posible… tomá el control de tu vida!!!
Ganá tu libertad, la buena noticia es que todo está dentro nuestro.
Has una lista de las prioridades, comienza de a poco, busca calidad en vez de
cantidad… tu hijo no recuerda todo lo que hizo un día recuerda ese instante que algo
se movió dentro de sí, ese instante donde tuvo a su padre presente, entero en
contacto.
– Habla con tu hijo a la misma altura, agáchate, míralo a los ojos, abrázalo.
– Busquen hacer juntos algo cotidiano: una receta de cocina, limpiar, ordenar,
escuchar música.
– Permite que descargue con una guerra de almohadas, pintando, jugar a gritar
fuerte, danzar, cantar.
– Deja que el decida algunas cosas dentro de un marco que vos decidas, para que
el pueda sentir que tiene cierto control en algo.
– Trata de mantener una rutina, eso le dará confianza y seguridad interna.
– Busca compartir cosas que genuinamente disfrutes.
– Explicale lo que está sucediendo con las palabras que él pueda comprender, y
no des mucha más información de la que el pida o quiera saber.
– Explicale también como te sientes y cuando tu tampoco puedes, es importante
mostrarle a tus hijos que no somos superhéroes. Somos modelos para ellos, de
esta manera comprenderán que ellos tampoco tienen que ser perfectos.
Tendremos generaciones de personas menos juzgadoras y críticas, más
amorosas.
– Respeta si ellos precisan un espacio de soledad, ayúdalo a construir una carpa
con sábana para ellos, su refugio.
Honremos esta oportunidad que nos da la vida de evolucionar, de crecer juntos.
Los niños tienen una plasticidad y capacidad de adaptación increíble, bien mayor de la
que tenemos los adultos. Traen una sabiduría que vale la pena escuchar, se convierten
en maestros de nuestro cotidiano.
Suelta lo que ya no sirve y deja que el maravilloso Ser que habita dentro tuyo pueda
renacer.
Transforma tu familia en una verdadera unidad de Amor… así estarás cambiando el
mundo.
Por Luciana Videla
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Por Luciana Videla
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